Un juego y un juguete pueden ser la causa de muchas cosas
En un convento vivía un monje al cual llamaban Penitente porque él hacia muchas penitencias no solo por sus pecados sino que también por los del pueblo y del mundo, el se levantaba de madrugada hacia sus oficios y a las seis empezaba a rezar (orar) hacia ayuno luego a medio día terminaba y se dirigía al orfanato o al acilo.
Un día un niño que llevaba una pelota llego a misa con su madre, pasada la hora de misa la madre se despidió del monje. El niño se quedo llorando porque había perdido la pelota la madre lo llevo a consolarlo a su casa. Al día siguiente el monje se levanto e iba a realizar su penitencia de diario cuando se encontró con una pelota roja con llamas y él como si la pelota lo controlaba empezó a jugar.

Luego por otro lado el monje se había vuelto adicto a la pelota, pasaron dos meses y finalmente la mamá encontró que era lo que tenía la pelota y al enterarse le fue a decir al monje que tuviera cuidado con una pelota que su hijo abandono hace dos meses atrás y él le pregunto porque y le dijo que era diabólica y el al enterarse corrió a su aposento donde la tenía la tiro por la ventana donde iba pasando el niño pero al caer lentamente se convirtió en un sombrero y luego el niño creció de edad y se encogió de tamaño y se volvió mujeriego y diabólico.
¡ Y así nace el Sombreron !
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